lunes, 26 de enero de 2009
Ahora Mismo
Me doy la bienvenida a esta nueva andadura del Blog que ha sido posible gracias a la generosidad de Santiago Solano. Creo que solo cambia el aspecto y espero que todo lo demás haga honor, siempre, al logotipo bajo el que se desarrolla.
Y quiero hacer un homenaje a Martí i Pol incorporando una de las cosas más bellas e intensas que he leido en mi vida.
Ahora mismo enhebro esta aguja
con el hilo de un propósito que callo
y empiezo a remendar. Ninguno de los prodigios
que anunciaron taumaturgos insignes
se ha cumplido, y los años pasan de prisa.
De poco a nada, y siempre con viento de cara,
qué largo camino de angustias y silencios.
Y estamos donde estamos, más vale saberlo y decirlo
y plantar los pies en la tierra y proclamarnos
herederos de un tiempo de dudas y renuncias
en que los ruidos ahogan las palabras
y con muchos espejos medio deformamos la vida.
No nos sirve de nada la añoranza o la queja,
ni el toque de displicente melancolía
que nos ponemos por jersey o por corbata
cuando salimos a la calle. Tenemos apenas
lo que tenemos y basta: el espacio de historia
concreta que nos toca, y un minúsculo
territorio en que vivirla. Pongámonos
de pie otra vez y que se escuche
la voz de todos solemnemente y clara.
Gritemos quiénes somos y que todos lo escuchen.
Y al acabar que cada cual se vista
como bien le plazca y ¡despertaos!
que todo está por hacer y todo es posible.
(Miquel Martí i Pol. Ara Mateix)
Reflexiones I
Los hombros
cargan el sol de la tristeza,
mientras la tarde
entra en las nuevas flores.
El ser regresa al bosque
derramando agua en los prados resecos,
talando la raíces obscenas,
desgarrando el cielo del llanto.
La noche se tiende en tu alma
sin saber del corazón de la flor.
Mañana volverá a morir la luz
bajo la misma impúdica pisada
que nutre el canto cerrado del corazón.
sábado, 24 de enero de 2009
Relatos Solidarios
Se fue hundiendo lentamente, sin darse cuenta, en el agua que ahora ya le empapaba los pantalones y, de repente, la piscina carecía de fondo y paredes. Todo a su alrededor era luz azulada, tenue que, como una corriente plácida, lo arrastraba hacia algún fondo desconocido.
Desde aquella ventana, Damián se veía a sí mismo, a través de la tersa superficie del agua, hundirse sin sensación alguna de ahogo. Comenzó a alarmarse porque, a pesar de que la profundidad alcanzada era ya considerable, él, Damián, seguía viéndose desde la ventana y, por otro lado, él, Damián, podía verse desde el seno del agua, cada vez más abajo, mirando desde el otro lado de los cristales.
Fue arrastrado por alguna intención concreta hacia un abismo en el que ya la luz no cambiaba. Y se sintió discurriendo con gran agilidad por un amplio canal inundado de luz. Aquel tono azul del agua que lo tragó al principio había cambiado, convirtiéndose ahora en un matiz verde líquido, intenso y cristalino a través del cual podía ver todo lo que había dentro y fuera de aquel medio excepcional.
Y desembocó en algún sitio que era la totalidad de cualquier cosa que pudiese imaginar. Un lugar desde donde sus sentidos podían percibir el tacto líquido en que se sentía y el de la madera de la mesa en la que Damián estaba apoyado. Desconocía la forma de su ser, pero la imaginaba en su propia visión ante el ventanal. No tenía noción del tiempo, pero sabía cómo era su rostro porque lo estaba mirando de frente.
Y Damián, desde su mesa de trabajo, mirando su rostro inmerso en aquel verde líquido cristalino, tomó la estilográfica entre los dedos, suavemente, como si temiese dañarla, y escribió, centrado sobre el blanco folio:
“... sentado junto al ventanal, ante su mesa de trabajo, Damián miraba hacia el jardín, en el que un grupo de chopos esbeltos proyectaba la sombra de la tarde sobre el camino trazado con piedras y verde hierba. Un poco más a la derecha, a la sombra de unos robustos cipreses, el agua de la piscina reflejaba los colores del crepúsculo...”.
martes, 20 de enero de 2009
viernes, 16 de enero de 2009
RETRATO EN SEPIA
jueves, 15 de enero de 2009
CELOS
No le grito a la luna
ni acepto la sonrisa como cárcel.
Vivo los celos por encargo.
Te espero desvelado hasta las cinco
o muero sin saber que estás.
Que vienes completando mi mirada
con tu luz
y entonces te desnudas.
Se me muere el reproche contenido,
cortando esa maraña con los dientes,
y te bebo, primero con angustia,
hasta dar en un zócalo de piedra
que cambio en cáliz por deseo.
Te mueves
sabiéndote flexible entre los besos
de ausencia.
Y, entonces, me despierto.
jueves, 8 de enero de 2009
¡FELICIDADES JAVIER!
¡¡¡Feliz cumpleaños, Javier!!!.
Y felicísimas bodas de plata, que cumplir los que cumples no es extraño, pero mantener durante 25 años una relación, eso si que es extraordinario y, sobre todo, es cosa de dos. Felicidades, por tanto para ella también.
Yo pasé por tu trance justo en el año de las catástrofe; cuando el mundo se iba a cabar, cuando los ordenadores se iban a romper, cuando las profecías de Nostradamus cobraron renovado rigor. Pero, ¿sabes?, no pasó absolutamente nada, "ninguno de los prodigios que insignes taumaturgos nos anunciaron se ha cumplido", como diría Martí i Pol. Si que he alcanzado algo más de sentido poco común, que en realidad es el que me interesa.
Así que desde esta "casi" década que llevo por delante de ti, te invito a vivir esos próximos 25 años que dices, con el mismo entusiasmo, que si lo haces, él solo irá aumentando. Con la misma dignidad y honradez, que son los mejores pasaportes que podemos exhibir. Con la misma sensibilidad, que de esa aún te queda mucho por derrochar.
Y prometo fírmemente, desde esta página, no cantarte jamás aquel tango (ya sabemos que a los dos nos gustan), que yo me repetía en los mismos trances por los que tu pasas:
"... Ya no sos el mismo Ventarrón de aquellos tiempos..."
Un abrazo lleno de cariño.
martes, 6 de enero de 2009
LA NATURALEZA
From: vaklein,
2 months ago
Para momentos de profunda reflexão.
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GOMORRA
Hace unos días vi la película, y pasé un rato más que interesante. Confieso que en días anteriores la había visto a retazos. Pero, este último, la vi de tirón. Eso si, con mi whisky y mi cigarrito, que si en el cine se pudiese fumar, seguro que yo iba más a las salas comerciales.
Cuando hablo con amigos que han leído la novela de Roberto Saviano, me dicen que el film nada tiene que ver con el libro y que si es pobre y que... Supongo que estas cosas pasan por exigencia necesaria de lo que es el lenguaje del cine. Yo recuerdo películas como “La hora 25” o “El nombre de la rosa” cuyos libros originales he leído, y me gustan tanto las unas como los otros. De la misma manera que reconozco auténticos disparates de obras literarias llevadas al cine. Y no pongo ejemplos que, para hablar mal, mejor callar.
El caso, que es lo que me traía aquí esta noche, es que Gomorra me ha llevado de la mano a mis años de juventud, cuando el neorrealismo italiano era casi el pan de cada día y nuestra Magnani nos dejaba con la boca abierta y el corazón encogido.
Y resalto de la película, por encima del libro, que no he leído, el dibujo a saltos de la historia. Uno de ellos es el barrio en el que se desarrolla la vida que describe: Secondigliani. Según dijo una vez un comisario, "en cuanto se calme un poco la cosa en Irak, Secondigliano volverá a ser el lugar más peligroso del planeta". En otros se esboza cómo se reclutan niños para el tráfico de drogas al aire libre o el funcionamiento de la industria textil en Tersigno (alta costura en el Todo a 100).
La película también repasa el negocio de los residuos tóxicos y, como telón de fondo, narra la historia de dos adolescentes que creen poder con el sistema.
(Fuente: El País, 12/05/2008).
La pirámide del Poder; el escaso valor de la vida; la supervivencia. Son notas que me quedan de esta película. Un amigo me comentaba esta noche que, en U.S.A., la Mafia, tuvo que revisar su esquema de comportamiento, porque si seguía matando se quedaba sin mano de obra.
Puede que tenga razón, pero en la película se demuestra claramente que la Camorra no ha llegado a esa conciencia.
lunes, 5 de enero de 2009
El Tiempo
LA LUCIERNAGA
Acodada en la barra de la angustia
comenta la jugada una luciérnaga.
“Cada día la noche es menos noche:
ya no brillamos igual que antes
ni nada”.
Recuerda
que alguna vez tropezó con un beso.
Y cuenta que se electrizó al contemplarlo,
que parecía de verdad.
Por un segundo
se abre un resplandor de luciérnagas
enamoradas de su oficio.
Y sueña la magia del beso
exactamente
un segundo antes de apagarse.