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lunes, 22 de junio de 2009

El Solsticio


La primera noche después del día más largo. Esta es esa noche de conjunciones, fuerzas e insomnio.

Ya estamos en Verano. ¿O es solo una ficción que me crea la música que escucho a estas horas?. En todo caso le debo un breve homenaje a esta noche, preámbulo inevitable de la Noche de San Juan a la que, sí, debo un Gran Homenaje.

Añadamos una nota cultural. Solsticio proviene de latin Solstitium: "Sol Sistere", o "Sol Quieto".

El día 14 fue el día en que amaneció más temprano. pero todavía seguíamos ganando luz por la tarde hasta hoy, que es el día del año en que el sol se pone más tarde.

Las hogueras del solsticio de verano tienen en Europa diversas interpretaciones mitológicas. El sol detenido en lo alto de la cúpula celeste inicia ese día su lenta caída hacia la oscuridad y hay que iluminarle el camino con procesiones de antorchas y ruedas de fuego.

Antiguamente también se creía que al quemar las basuras domésticas en la noche de San Juan el humo asfixiaba a ciertos dragones halados, que por la excitación del calor copulaban en el aire y cuyo semen se derramaba sobre los r�os y los pozos hasta emponzoñarlos.

Cuando vine al mundo, estos reptiles fabulosos ya no existían. De niño, siempre me contaron que estas fogatas estivales se encendían sólo para ahuyentar a los mosquitos. Hasta esa ínfima categoría habían sido degradados los monstruos sagrados que poblaron la Edad Media.

Pero un año ya muy lejano el solsticio de verano coincidió con la fiesta del Corpus. Recuerdo aún el olor a incendio de rastrojos de aquella tarde en que sucedió este misterio que nunca me ha sido revelado.

Se acababa de segar el trigo y para conmemorar que el pan ya estaba asegurado se llevó por la orilla del mar en procesión ese cereal convertido en Dios. La sagrada forma despedía rayos de oro desde su ojo blanco que todo lo veía. El desfile lo abrían unos animales mitológicos de cartón que iban danzando alrededor del palio a cuya sombra la custodia era llevada por un enorme insecto revestido con terciopelos bordados.

A orillas del mar, una multitud arrodillada presenciaba en silencio el paso de los espectros y desde mi uso de razón recién adquirido pude contemplar que a esta comitiva la cerraban las autoridades eclesiásticas y civiles, pero ninguna era humana.

Había entre ellas unos mosquitos de dos metros de alzada que pasaban erguidos entre otras fieras paganas, tarascas, basiliscos, leones de orejas puntiagudas. Las noches blancas boreales están presididas por vírgenes coronadas con azucenas que encienden antorchas para guiar hacia su sexo a los dioses jóvenes. Pero en el mediodía el solsticio de verano está bajo el espíritu del cereal y el semen de los dragones.

Cuando la procesión llegó a la oscuridad, todos los animales mitológicos y los insectos revestidos se adentraron en el mar y se fueron sumergiendo en el abismo, pero la custodia de oro quedó en la superficie del agua hasta convertirse lentamente en un gran fuego sobre los espectros ahogados. Desde entonces, siempre que pongo los pies en el mar la noche de San Juan lo veo resplandecer.

Manuel Vicent (El Pais/ 22-6-03)

3 comentarios:

Pilar dijo...

Vengo a buscar magia y magia encuentro. Un beso grande!

María Jesús dijo...

Mi querido hado y amigo, esta noche de San Juan te deseo felicidad.
Vuelco el caldero, lo vacío de los restos del daño que un día te hicieron. La bendición sea contigo y llene el caldero, de paz, salud y amor eterno.

Manuel dijo...

Gracias por tu conjuro, bruja amiga. Puede que lo necesite.