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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Así fue ASTURIAS en SIDECAR


Queridos amigos: hubiese querido hacer una crónica como dios manda sobre este evento. Pero me rindo a la evidencia de la falta de tiempo y os dejo una reseña breve que espero sea suficiente.

Muchos estuvisteis allí y puede que mis palabras se os queden cortas. Pero para quienes no fueron, puedo decir que si lo que pasó es el aperitivo de lo que se avecina, os aseguro que nos espera un CICLO DE POESÍA EN SIDECAR realmente espectacular.

De dos en dos primero, y luego a solas, fueron leyendo poemas los miembros del sidecar, jugando siempre con esa dualidad que ofrece de manera inigualable la voz masculina junto a la femenina. Se dieron desde momentos verdaderamente dramáticos hasta explosiones de risa incontenible cuando nuestra compañera María García Zambrano comparaba su poesía con la de Luis Miguel Rodrigo.

Con una coreografía -creada por Jesús Arroyo- que tuv
o la virtud de llenar el escenario del Centro Asturiano de Madrid, de color y movimiento, los poetas fuimos entrando y saliendo, mezclandonos sigilosamente, interactuado ante un público que supo entregarse por completo desde el primer momento.

¡Claro!: así es fácil. Es como jugar en casa, que para ellos lo quisieran los Mouriños o los Guardiolas.


Y es que, mirar hacia la sala y ver solo caras amigas que sonríen, da fuerza a cualquiera para leer con ganas.

Esta, según mi opinión, fue una de las carácterísticas más marcadas del recital: La intensidad que cada uno de los poetas mostró en sus lecturas; la gana con que cada poema fue recitado. En fin, el franco deseo de expresar la poesía bajo una forma nueva y distinta. Directamente enlazado con la ilusión que nos empuja.

POESIA EN SIDECAR ha apostado fuerte por romper el molde estático. Hemos apostado por el movimiento en el escenario sin que, necesariamente, se contituya una "performance". Creemos que se trata de algo más fresco y espontáneo.

Si algo hemos prepara
do
entre bambalinas, de pronto, en el escenario, ese guión se rompe y surge la auténtica espontaneidad en forma de otros diálogos sin preparar. Para muestra, un ejemplo:

Leíamos Marina Tapia y un servidor mi "soneto enloquecido". Yo le preguntaba ¿Jugamos? y ella tenía que responder ¿con qué?. Bien, pues Marina, toda ella chilena y pura dulzura espontánea, a mi pregunta respondió un rotundo "¡Si!". Naturalmente improvisé y como increpación le dije "¿Cómo que sí?, Así, ¿sin saber a qué vamos a jugar?. Creí que la poeta se corregiría, pero no. Respondió convencida: ¡si!. La carcajada fue más que mayoritaria, claro está (vease la fotografía).

Y es que, nuestro Sidecar, con gasolina super o a pedales, funciona de esta manera.

Desde esta humilde página, os invito a todos a asistir al inicio del nuevo ciclo en el Café Libertad 8 de Madrid, el Jueves día 6 de Octubre, a las 19:30 horas. Leeremos nuestros poemas Laura Caro (nueva sidecarista de lujo) y yo mismo, tratando de llegarle al taconcillo a esa magnífica poeta.

Hasta entonces, amigos, os dejo con un bonito deseo de este mundo maravilloso

lunes, 19 de septiembre de 2011

VUELVE POESIA EN SIDECAR CON BOLO



Queridos amigos:

POESÍA EN SIDECAR estrena la temporada 2011-2012 con un bolo en la Casa de Asturias de Madrid.

Las lecturas serán a cargo de:

Ángeles Fernangómez.
María García Zambrano.
Marina Tapia Pérez.
Rosa Jimena.
Luis Miguel Rodrigo.
Jesús Arroyo.
Manuel Martínez Carrasco.

Los asistentes tendrán la ocasión de adquirir (si no la tienen ya) la Antología del Primer Ciclo de Poesía en Sidecar.

Espero que todos os deis una vuelta por el Centro Asturiano ese día. Os necesitamos a nuestro lado igual que habéis estado a lo largo del pasado ciclo: arropándonos.

Gracias de antemano por vuestra presencia. Nos vemos el Jueves.

viernes, 9 de septiembre de 2011

A PENAS ME DESPIERTO


No me quema la pena que me cuentas

los cantos de sirena
son parte de otra parte de tu vida
Noticias que no caben encima de mi mesa
repleta ya de tantos desvaríos.

Harto de repasar
el manual del perfecto perdedor
a solas hago trampas
sumergido en la imagen de un escote
que no toca ni a gramo por kilo de mirada.

Me entrego a mi suicidio
con un trago de escarcha mal labrada
y una piedra metida en el zapato
mudo testigo de otra noche
que a gritos se me escapa vida adentro.


viernes, 2 de septiembre de 2011

LOCURAS MATEMÁTICAS





Hace unos días trasteaba yo, por hacer algo, con la Sucesión de Fibonacci cuando me topé con el Número Áureo.

Así que el lector pensará: Manuel se ha vuelto loco (otra vez).

Y puede que sí, pero no es para tanto. Lo de la Sucesión de Fibonacci vino a colación por una conversación con dos niños de 9 años. Ellos, claro, me miraban como pensando que yo estaba pirado. Pero siempre pienso que lo que queda, queda. A mi nieta (8 años) siempre le hablo de los número binarios y, la pobre, ya me dice cada vez que nos vemos: siiiii, ya me los se, “el cero y el uno, el sí y el no, apagado o encendido…”. Lo cual me ha convencido de que la cosa no es cuestión de edades, sino de enseñanza. Un niño, por pequeño que sea, puede asimilar el significado de las cosas complejas si se explican de una manera natural.

El caso es que esa conversación con los niños me llevó a releer de nuevo aquello que Leonardo de Pisa (Fibonacci) describió allá por el S. XIII: una sucesión de números naturales regida por una determinada cadencia (dados el 0 y el 1, cada número sucesivo es el resultado de la suma de los dos anteriores). ¿Os dais cuenta?: el 0 y el 1: ¡números binarios!; el Sí y el No. Bueno, que desbarro. Esta sucesión tiene una serie de propiedades que, para quien tenga interés, la pueda estudiar en cualquier sitio.

Este rectángulo es una representación gráfica de la Sucesión de Fibonacci pero… ¡resulta que es muy aproximado a la construcción de un Rectángulo Áureo. Vamos a ver de qué se trata esto del Número Áureo.

En efecto, cuando tratamos de formular la Sucesión de Finonacci para establecer los números que lo componen, llegamos a la expresión:

φ = (1 + 5 )/2

Que es justamente la expresión de Número Áureo.

La Sucesión de Fibonacci aparece en configuraciones biológicas, como por ejemplo en las ramas de los árboles, en la disposición de las hojas en el tallo, en la floración de la alcachofa, etc.

Y, precisamente, esta disposición que encontramos en multitud en casos de la Naturaleza, se explica por el Número Áureo que viene representado por la letra griega φ (phi).

Este número φ (1,6180339887498948…) posee muchas propiedades interesantes. Fue descubierto en la antigüedad como relación o proporción entre segmentos de rectas. De la misma manera que el número π (pi) es expresión de una relación entre un segmento (radio) y una curva (longitud de la circunferencia).

Lo que me traigo esta noche entre manos es dejar una reflexión. Se dice que el número φ (Áureo) expresa una relación que se encuentra tanto en algunas figuras geométricas como en la naturaleza. Y se dice, además, que se atribuye un carácter estético especial a los objetos que sigue la razón áurea. O, lo que sería lo mismo: aquellas combinaciones que estén regidas por esta razón, resultarían “estéticamente agradables”.

Jugando con los números, y teniendo en cuenta que la razón áurea viene expresada por una ecuación de 2º grado, quise ver la posibilidad de que el número de sílabas de un verso determinado, guardase una relación estética con otro verso, expresándose con esta razón. Así, si alguien se molesta en hacer el cálculo, verá que 10 (sílabas) es número áureo de 6 (sílabas); que 8 es áureo con 5 y que 11 lo es con 7. ¿Quiere esto decir que los poemas cuyas construcciones silábicas guarden estas proporciones, serán más agradables al oído?. Os lanzo esta pregunta como invitación a la reflexión y el debate. Y me gustaría ampliar esta reflexión al uso de determinadas vocales y consonantes, sobre todo como finales de versos. ¿Podría una determinada combinación de letras ser más “estéticamente agradable al oído” que otras?.

Se ha dicho que el número áureo tiene relación con la vibración del Universo y que, aquellas estructuras o seres que se ajusten a él, son armoniosas. El ejemplo más conocido de proporción áurea es la espiral de la concha de un molusco: el Nautilus. Pero hay muchos otros ejemplos en la naturaleza. De hecho, se sostiene que la distribución de las ramas de los árboles, se rige por esta proporción, de manera que unas no se interfieren con otras en la recepción de la luz. Lo mismo se dice con la construcción de la tela de las arañas o la distribución de las hojas de la alcachofa.

¿Haremos la obra perfecta si conseguimos regirla por el Número Áureo o por la Sucesión de Fibonacci. (Recomiendo la lectura de “La obra Maestra Desconocida” de Honoré de Balzac).

Está por ver.