Me
propongo dejar sobre tu cuerpo
pedazos
de mi vida.
Corromper
tu
pasado perfecto
con
el futuro indefinido
que
legan ciertos actos.
Volver
contigo
a
la barra del bar que me dio su cobijo
en
tantas madrugadas indecisas.
Apostar
por el temblor de mis labios
y
tus hombros desnudos a las seis.
Si
vuelvo a repasar tus pertenencias
pasearé
calles
bebiéndote
a escondidas:
tu
boca se abre ante el deseo
por
hacerte el pedazo más oscuro
de
esta vida
que
ya no puedes entender y que compartes.